No hay nada que grite: “¡Estoy agotada!” (o: “¡Ya tengo más de 30!”) como unas ojeras gigantescas. Aunque las tratamos de cubrir con la ayuda de nuestro corrector favorito, al final del día siempre logran aparecer y no hay cómo defendernos.
Cuando veo a alguien que no tiene ojeras, automáticamente pienso que tiene una vida tranquila, en el mar, sin presiones o simplemente tiene menos de 20 años.
¿Pero por qué tenemos ojeras? Y todavía más importante: ¿Se pueden prevenir y tratar?
1.- Genética
Existe una predisposición genética a la hiperpigmentación de ciertas zonas de la cara que simplemente no se elimina con nada. Una manera fácil de saber si tus ojeras son culpa de tus parientes lejanos o de tu estilo de vida es agarrar la piel de esa zona y levantarla ligeramente. Si el color mejora quiere decir que el problema viene de la inflamación de las venas y es 100% tratable, si se mantiene igual es hora de culpar a tus genes.
2.- Falta de sueño
Aunque la falta de sueño no es la causa principal de las ojeras, puede agravar su apariencia significativamente. Trata de dormir al menos 6 horas todas las noches y de poner el celular lejos de tu cara para evitar los destellos de luz azul que interrumpen el sueño profundo.
3.- Exposición al sol
La exposición al sol genera melanina, el pigmento que le da color a tu piel. Cuando nos exponemos de manera periódica al sol la piel alrededor de los ojos se obscurece y somos más propensos a generar manchas y arrugas.
4.- Deficiencia de Hierro
Si sufres de anemia o no consumes suficientes alimentos altos en hierro (carne, espinaca, semillas y nueces) la hemoglobina puede romperse más fácilmente y oscurecer las zonas con venas como son las ojeras.
5.- Mala alimentación
Una deficiencia de Vitamina A, B, K y C debilita la piel y la vuelve más propensa a decoloraciones y ruptura de las venas. Asegúrate de incluir un alimento de cada color en tu dieta al menos una vez a la semana para tener todo el espectro de vitaminas y minerales cubierto.
6.- Deshidratación
Cuando estamos deshidratados la piel se pega al hueso de la cara y esto agrava la apariencia de los círculos debajo de los ojos. Creo que no hay un consejo más usado (y efectivo) que el clásico: “Toma al menos 8 vasos de agua al día”.
7.- Alergias y contaminación
La zona más sensible de la piel es la que está alrededor de los ojos, cuando tenemos una alergia o vivimos en una ciudad contaminada tendemos a tocar más esa zona para aliviar la sensación de ardor. Ese contacto inflama las venas y las vuelve más propensas a rupturas.
8.- El cigarro
Las toxinas en el cigarro dañan la piel delicada del contorno de ojos. Una piel más delicada es más propensa a la ruptura de venas y a la pigmentación.
Aunque sí existe un componente genético, hay muchos factores de estilo de vida y cuidado de la piel que te pueden ayudar a controlar las terribles ojeras.
Así que ya sabes: Duerme mejor, toma más agua y utiliza productos de contorno de ojos hidratantes que te aporten vitaminas y minerales.