El estrés y tu piel: Efectos dañinos y como combatirlos

El estrés se ha convertido en el compañero obligado de nuestras vidas. Las ciudades son cada vez más grandes, hay más contaminación y los trabajos son más demandantes. Huir ya no es una opción realista, pero no por estar acostumbrados sufrimos menos de las consecuencias que el estrés tiene sobre nuestro cuerpo y nuestra apariencia.

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¿Qué pasa en el cuerpo cuando nos estresamos?

El estrés es una respuesta natural del cuerpo a los estímulos externos. Originalmente (cuando éramos nómadas y usábamos tapa rabos) era una respuesta necesaria para nuestra supervivencia. El estrés es la liberación de adrenalina y cortisol, hormonas necesarias para correr o luchar cuando nos encontramos en peligro (otra vez, parte de nuestro diseño original).

Hoy, rara vez necesitamos correr o luchar para sobrevivir, las situaciones que nos causan estrés no están seguidas de una descarga de adrenalina física (aunque, a veces, nos encantaría aventarle la computadora a más de una persona). Cuando nos estresamos la presión cardiaca aumenta, se altera nuestro sistema inmunológico, digestivo y reproductor, todo para darle prioridad a la huida, una huida que nunca ocurre lo que nos lleva a vivir en un estado de alerta constante que va degenerando el cuerpo poco a poco.   


¿Qué consecuencias tiene el estés sobre la piel?

La primera y la más clara es el acné. El enemigo que aparece siempre que tenemos una boda o una presentación importante. Cuando los niveles de cortisol aumentan, el cuerpo genera más sebo o grasa superficial, lo que contribuye a la aparición de granos y espinillas.

La segunda es el insomnio, que se genera cuando el sistema nervioso se altera. No dormir suficiente impide que los tejidos se regeneren, quitándole a la piel su brillo natural. Otra consecuencia importante son las alteraciones hormonales. Hay que tener presente que la piel es el órgano más grande del cuerpo, y es un reflejo de nuestra salud en general.


¿Cómo puedo manejarlo?

Existen miles de escuelas de pensamiento que enseñan técnicas de relajación. La finalidad de todas es la consciencia del momento presente. Mi favorita es la que mejor me funciona y la más simple, sentarse y observar la respiración.

Con sólo 10 minutos al día de este ejercicio, podemos contrarrestar los malestares de vivir en una ciudad como esta (o como cualquier otra) y ver beneficios físicos y emocionales. Y si, el ejercicio es así de simple. Sentarse cómodos, 10 minutos, y observar la respiración. Sólo hay una condición, hacer la observación con paciencia y sin juzgarnos. Cuando la mente se vaya a otras cosas (que en ese momento considerará más importantes), basta con hacernos conscientes y regresar a observar.   

Les dejo mi Ted Talk favorita sobre el tema.

¡Disfruten!

¿Tienen algún tip o consejo para manejar el estrés? ¡Compártanlo!

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